domingo, 7 de junio de 2009

¡¡¡Feliz primavera para todos!!!

Bueno han llegado mis 28 años... Debo decir que el último año no fue exactamente tranquilo y el anterior ni les cuento... sin embargo tengo tanto que agradecer que voy a hacer una síntesis de lo acontecido en éstos últimos 2 años como para orientarnos a que estoy despidiendo al hacer el cambio de los 27 a los 28.

Allá por el 2005, mis 26 años me agarraron para la chacota... Si me preguntan qué vivencias tuve de mis 26 años, dudo mucho que les pueda relatar algo del todo alegre. Como mucho saben, ya por Octubre de 2005 sufrimos la pérdida de mi papá, tras una muerte dura y cruel, quienes vivimos para contarlo podemos decir que se nos fue un buen tipo. Dicha pérdida me agarró en un momento de muchísimo trabajo en un Call Center, yo recién arrancaba como Team Leader y quienes conocen las exigencias de ese rol, sabrán que al principio es difícil adaptarse a tener telemarketers (no son personas, son telemarketers una mezcla entre bestias y humanos) a cargo. Amigas como July, Mika o Cony me podrán comprender bien. En fín eso estaba pasando en mi vida, quienes me conocen desde hace tiempo sabrán que soy muy detallista y (rompe kinotos) cuidadosa con los trabajos, particularmente estuve muy contenta al principio, pero rápidamente la pseudo empresa comenzó a mostrar falencias graves como no pagarle a los empleados y tener inconsistencias graves como exponerle al personal las minucias de las peleas entre los socios... ¡Un horror! En ese contexto mi padre abandona la vida física y con el duelo a cuestas, decido dejar ese lugar y retirarme a mi dolor... Para esa misma época el muchacho que se decía mi novio, dice que todo es mucho para él y me deja sin más a las 3 semanas de la muerte de mi padre...


Hubo gente con onda que en ésa epoca conocí, como Gaby, que por intermedio de Víctor, un día me llamó “para levantarme el ánimo” (ella ni me conocía, sólo se enteró que la estaba pasando mal y me llamó)... Cosas de la vida, increíbles. Gaby: ¡Sos una loca grossa! Muchas personas se acercaron y mucho. Para mi sorpresa, Julián que me re-bancó la noche del entierro de papá ¿te acordás esa cerveza que compartimos hablando de boludeces? Gracias flaco, sos de oro. Marcelo: Fuiste y sos un hermano para mí, te portaste como tal es ésa época y me bancaste cuanta estupidez dije llorando desconsolada en la desesperación del duelo. Verónica Racchi: Nuestra amistad va por email porque desde Australia se complica estar cerca, ¿no? Sin embargo tus emails y cartas las leí muchísimas veces para reanimarme y siempre encontré consuelo en tus sabias palabras. Seba y Jose (y por extensión Cande): Amigos del corazón, ustedes lidiando con sus familias incipientes también se las arreglaron para estar en el momento justo y con el abrazo necesario. Lorenzo: Nunca te entendí bien, pero a tu manera siempre querés hacer el bien y lo agradezco. Angélica: Mamá de Marcelo, genia total... Otra que llamó para ofrecer su corazón y ayudar... Y yo que casi 2 años después abrí mi corazón a recibir tu ayuda que tanto bien me ha hecho, me diste el empujoncito que necesitaba para reencontrarme con mi fe y abrazarla con todo mi corazón y mis ganas.


Seguimos transitando los finales del 2005, empiezo a trabajar en TCN – Consultores Traverso y Asociados... Uh! Ahí la que más me bancó fue Lorena. Ella siempre con su alegría y sus mambos, cagándose de risa y llenando de alegría el entorno. Nunca se enganchó con mi crisis ambulante del momento y siempre tuvo una salida inteligente ante mis crisis de llanto. ¡Gracias loca, me re-aguantaste y fue un verdadero honor trabajar codo a codo con vos!. En dicha empresita también hubo unos cuantos personajes memorables como Tucho, Tucumano jodón y buena onda, siempre dispuesto a cambiarte la cara de Lunes por una risa. No olvidemos a Guillermo, que con sus dramas existenciales y todo, en un muy mal momento de mi vida se acercó a preguntar en qué podía ayudar. También fueron excelentes compañeros Maxi, Julián CC y Federico; con quienes compartimos incontables comidas chinas, medialunas y helados de Persicco.

Debo agregar a Alejandra T., que como jefa también se re-puso las pilas bancando mi persona que por esas fechas no era más que una tristeza ambulante... Yo no se cómo hacía, pero la tipa gerenciala la empresa, tenía 4 hijos y tenía tiempo para sentarse un rato para preguntarle a su empleada (mua) qué era lo que me tenía tan triste.

Para comienzos del 2006 empiezo a sufrir ataques de pánico... En esa época yo no entendía bien qué era lo que me pasaba, sólo tenía los panic atacks y creía que enloquecía (un poco cierto era, ¿no?)... Quiero mencionar que tras uno o dos episodios pedí ayuda (consulté a una psicóloga) y aquí entra en juego Andrea, otra genia a la que le estoy y le estaré eternamente agradecida, porque no sólo es un placer tener una psicóloga competente sino que es un lujo encontrar en una terapeuta a una persona muy humana y cálida. Y aquí viene mi agradecimiento por partida doble a Mika y Luciano, pareja de amigos que me tuvieron un fin de semana entero en su casa mientras yo me reponía de un ataque de pánico severo (que fue el último, gracias a Dios)... Somos amigos desde hace mucho tiempo (¿2003?)... Pero ese fin de semana SE PASARON. Me cuidaron, me mimaron y hasta Miks, en un acto de verdadera amistad pura, atendió por teléfono a mamá Lita que, como no quería entender ni aceptar que la nena (mua) estaba al borde de la locura (literal), la llamaba gritándole cuanta cosa le fluía por la cabeza. Mika si el haberme rescatado del Mc Donalds cuando me descompuse, el haberme acompañado a la psicóloga la primera vez que fui (porque yo me moría de miedo de tener que ir al diván, jaja) y el haberme hospedado en tu casa mientras yo volvía desde la locura hasta la normalidad, si todo eso no te hizo ganar el cielo... El haber calmado a mi madre en uno de sus “amorosos llamados desesperantes”, han hecho que te ganes una porción muy generosa del cielo. Como amiga estás en el podio. Y no lo dejemos afuera a Luciano que se pone celoso: ¡Vos también sos de fierro, gordo!. Bueno por los comienzos de 2006, también entra en escena mi prima Eleonora que se prendió a cuanto evento cultural le comenté para sacarme a pasear y me olvidase de mis tristezas (duelo de padre y duelo de noviazgo). También recordemos a la amiga Pato, quien fuera roommate de Bme Cruz y con quien hicimos lo que pudimos para civilizarla, pero 4 meses después de haber casi prendido fuego el departamento, fue devuelta a su estado de naturaleza (todavía puedo recordarla cuando veo la quemadura que dejó en la mesa ratona). Las vacaciones en Capilla del Monte con la escapada espectacular de Maru (mi prima, no la confundan con la novia de Marce, plissss), sabemos que no la abdujeron los ovnis, pero hay quienes creen que fue cambiada por un prototipo extraterrestre lo cual explicaría las variaciones de humor repentinas que la muchacha padeció. Allí nos enteramos que Jose y Cande serían padres y felizmente Marcelo conoce a la chica que lo haría sentar cabeza. Yo por mi parte, conocí como investigadora de campo la vida de los hippies y lo que implicaba participar de una feria hippie. Experiencia bizarra en mi vida.

Seguimos avanzando por 2006 y hay un reencuentro con el ex quien obviamente cuando vio que la cosa no era tan grave volvio y fue sólo cuestión de tiempo para que tan vacía relación se terminase. Sale la posibilidad de cambiar de trabajo, a través de un amigo de la hermana del ahora famoso ex... Me voy de TCN para mediados de 2006, con un 62% de aumento en mis ingresos y con la posibilidad de cambiar de departamento. Para quienes no conocieron a Raquelita, la dueña del depto de Bme Cruz, era una Sra un tanto mezquina y le apetecía el conventillo, hablar mal de cuanta persona conocía parecía ser una afición más que recurrente en su persona. Me voy también de Bartolomé Cruz silbando bajito y buscando una nueva vivienda, mientras se deba el cambio de TCN por el agujero más negro en el que estuve (léase Cominter, nombre fantasma de negociado de textiles internacional del que no me voy a extender a hablar más de lo necesario).

Gracias a Dios en la mudanza colaboraron ex-compañeros de secundaria como Lucas y Alejandro que se pusieron las pilas armando el botiquín (el ex no sabía agarrar un destornillador, entonces los amigos cubrían las falencias del susodicho, no ofense era buen tipo pero no tenía idea de cómo armar un mueble para armar). En fin, me mudo, el nuevo depto es precioso, me importa poco porque yo extrañaba mi vida en Bme Cruz, por eso la fiesta de inauguración no la hice hasta mi cumpleaños.

Seguimos avanzando por 2006 y se hace inminente, necesario y sano el corte con el ex. Dicho corte se da de una manera gentil y poco común: ¡¡¡POR TELEFONO!!! Pero bueno, el fin justificó los medios.
Apurando la línea temporal, aparece en el área laboral Lupi, loca me hiciste rabiar, chillar y patalear, tu adicción al Messenger hacía que el trabajo se acumulase, pero cómo nos reímos y nos bancamos al gordo que teníamos de jefe. Para fines del 2006, aparece la amiga Cynthia con quien nos recorrimos cuanto bar de Palermo Hollywood se nos ocurrió en busca de algo para beber, alguna cena de comida mexicana y... Un comunicador social realizador de eventos. ¿Ya llegamos a la Indiiiaaaa? Amiga, nuestras charlas tienen que volver, los viernes de películas, snacks y alguna cerveza se han visto interrumpidos, pero voto por un retorno de los Friday de súper inacción y charlas sobre la importancia de educar sobre ecología a las 5 de la mañana.
En el último trimestre del 2006 la carga de trabajo se hace cada vez más pesada, el jefe más insoportable y su hijo más ausente... Mis nervios me pedían a gritos que volviese a Yoga, lo intento, pero no hay caso... Vuelvo a fumar como un escuerzito: 10 cigarrillos por día, todos luego de la jornada laboral. Empiezo a frecuentar el kiosco de Av Maipú al 2500, cada tarde me compro el paquete de 10 Phillip Morris que me fumaba a diario, siempre me atiende el mismo chico con una sonrisa (simpático el kiosquero, ¿no?). Un Domingo de mucha mala suerte, prendo la TV, justo estaban dando la cruel película “Los puentes de Madison”... Para qué, me acuerdo de mi ex me dan ganas de llamarlo, por suerte no tenía teléfono en casa ni crédito en el celular; pero me ahogo en llanto porque esa película es profundamente dolorosa... Entro en crisis existencial porque la película es muy cruda. ¿Qué hago? ¿Lo llamo a al ex? Naaah, mejor uso la táctica que nunca falla: llamo a una amiga y le cuento lo infeliz que me siento porque no tengo novio, porque pienso que me voy a morir soltera y lo arrepentida que me siento de haber cortado con el ex, que aunque no era para mi, me hubiese ahorrado la crisis de soltería que estaba viviendo: tengo más de 25 años, no tengo un puesto en ninguna empresa de renombre, mamá me pide que le de nietos (aunque no tenga novio!!!), no me recibí de Licenciada y yo que al día siguiente tengo que encarar una nueva semana laboral al mando de una oficina que parece un kiosco... ¿Qué hago ante tan difícil situación? Corro al locutorio (del kiosco de Av Maipú, obvio!)... Voy a llamar a mi amiga Cynthia... Entro pido una cabina y lo veo: el chico que me vende los cigarrillos de lunes a viernes, lo veo del otro lado del mostrador, es alto, grandote (espalda ancha, mmm), un poco gordito... ¡Y que cuadriceps! Le pido la cabina, me lanza una mirada que guardaré por siempre en mi memoria, marco el número de mi amiga y me quedo hablando... Entre palabra y lamento, miro a través de los vidrios de las cabinas y miro al muchacho en cuestión (pienso: no está nada mal, tiene linda mirada y esa boca, mmmm, ¡me parece que me gusta!).

Sigo trabajando como una hormiga, me stresso tanto como para empezar a manifestar síntomas (el problema hormonal que me acompañó a principios de 2007 y del que muchas me habrán escuchado quejarme). En fin, mientras termina el año, mis compras de bastoncillos de la muerte (cigarrillos) se hacen más y más duraderas. El muchacho del kiosco resulta ser un conversador nato y a mí que no me cuesta para nada charlar comienzo a pasar horas comprando puchos. También empiezo a ir a kiosco a preguntar boludeces como: - ¿qué pasó con la veterinaria de la otra cuadra, la cerraron? (Ya hacía 3 semanas que habían puesto un local de ropa, pero todo sea por sacar charla). Y empezamos a saludarnos con más ganas, empiezo a consumir pastillas y caramelos; empiezo a ir a comprar cigarrillos que no llego a fumarme y cada compra se vuelve una excusa para hablar de algo, preguntar algo de su vida o escuchar lo que el “SEÑOR” del kiosco tiene para contar. Y así empieza el año y me cuenta que se va a ir de vacaciones solo a Córdoba... Muero de miedo: semejante bombón solito en medio de la república... No desespero, pero empiezo a pensar que si no actúo rápido voy a perder la oportunidad de conocerlo de una forma diferente... Y llega el día en que el “SEÑOR” me ofrece un Tereré, tratando de olvidar la advertencia que mamá me decía cuando empecé a ir a bailar: “No aceptes bebidas de extraños excepto que abran la botella adelante tuyo”, me encomiendo a Dios y agarro el tereré, tomo el elixir... Le digo que me gustó y me invita a pasar otro día a que tomemos juntos unos tererés... Acepto y paso: 2 semanas después. Sí me gana el personaje, muero de miedo al darme cuenta que puede pasar algo entre él y yo. Pero se iba de vacaciones, tenía que ir si no lo iba a dejar libre para que lo agarre cualquier chirusa que no lo mereciera. Me armo de coraje para vencer mi miedo (me moría de miedo porque aunque apenas lo conocía ya me hacía temblar mirarlo... y no era miedo!); finalmente concurro al local, 5 minutos antes de su horario de cierre (dormí, lo se, pero era presa del pánico que me daba la situación). Empezamos a tomar tererés, hablamos de nuestras vidas, de lo que nos gusta, de los que nos disgusta, de las expectativas de vida, de las filosofías comparadas, de literatura, de cine, de amor... Ese día los vecinos del kiosco de Av. Maipú al 2500 estaban de fiesta... Eran las 23.30 hs y el kiosco seguía abierto. No había quien nos parase, eramos 2 máquinas de hablar y tomar tereré... La pasamos muy bien y ya haciéndose ridícula la hora de seguir hablando manifiesto mi intención de irme, me encara (celular en mano) para invitarme al zoo a la vuelta de sus vacaciones con la excusa que el no iba desde sus 10 años (o algo así, no recuerdo porque me quedé falseando en sus ojitos luego de escuchar que me estaba invitando a salir)... Acepto la invitación antes que él termine de hablar, no sin derretirme por dentro ante la ternura del lugar elegido para salir.
En le medio nace Lucas, el hijito de mi amiga Carolina, un gordo hermoso que salió igualito a su papá (Miguel).

El SEÑOR del kiosco se va de vacaciones, muero de ansiedad esperando que vuelva y a su regreso nos vemos en la Plaza de Olivos para tomar tereré y arreglar la salida al zoo. El muy cochino se va a jugar al fútbol con los amigos frustrando la invitación que yo iba a hacerle de que fuésemos a cenar esa noche (sí mi amor, te iba a invitar a comer el día de la plaza para festejar que habías vuelto de las vacaciones).
El sábado siguiente me pasa a buscar por mi casa y nos vamos al zoo... Esa tarde yo arreglo con mi hermano que voy a ir para Santa Teresita a pasar unos días de las vacaciones con ellos (o sea, mi hermano y toda su familia y la familia de mi cuñada), me avisa Marce que la reunión que habíamos planeado para esa noche no se hace y quedo con la noche del sábado libre. Tarde mágica, noche mágica y madrugada de ensueño... Para qué ocultar la verdad, pasamos 15.30 hs juntos, hablando hasta por los codos. Fuimos al zoo, a comer, a jugar al pool y no queríamos despegarnos...
En esa semana, armo mis vacaciones, el fin de semana parto rumbo Santa Teresita, me paso mis primeras vacaciones en familia y disfruto a la enana de mi sobrina que descubro que tiene más cosas de la tía (mua) de las que sería deseable que tenga. Me desarmo de amor disfrutando de tan hermoso vínculo como el de tía-sobrinita y también disfruto de mi hermano con quien por razones inexplicables no había tenido siquiera una relación hasta el momento. Durante la estancia en Santa Teresita los mensajitos y llamados con Diego se hacen más frecuentes y extensos, obviamente hacía rato había dejado de ser el SEÑOR del kiosco. Para fines de Febrero, parto hacia Villa Gesell; parada obligada para desenchufarme y recargar pilas; sus bosques y playas tienen un magnetismo que me atrae y cada vez que puedo voy allí a regenerar mis energías internas.
Para el 3 de marzo, vuelvo a Buenos Aires y me espera Diego... Para que les voy a contar el resto, sólo queda decir públicamente que si me quedaban dudas que existe un alguien para cada quien, ese día se despejaron completamente y desde ese momento no nos separamos.

La llegada del amor verdadero a la vida de una persona la transforma, yo siento que volví a la vida... Vivir con amor, en la frecuencia del amor es genial, obviamente que Diego y yo somos humanos y cada tanto tenemos nuestras diferencias, pero gracias a Dios el amor SIEMPRE es más fuerte.

Diariamente doy gracias a Dios porque me toca vivir el amor en ésta etapa de mi vida, siempre le pido muy fuertemente que esto que yo siento lo sientan también otras personas con sus respectivas parejas porque amar de verdad te alienea con tu propio ser. Cuando amamos de corazón y con el corazón abierto, se borra todo lo malo... Si les pasara a todas las personas del planeta ¿Habría guerras? No hablo del amor de pareja nada más, quienes aman lo que hacen también están vibrando en esa frecuencia y desplegando eso mismo por el mundo. Siempre que vivimos con amor y en amor nos alegramos más y reimos más. La risa sana, la alegría cura, el amor transforma...

La llegada del amor de Diego a mi corazón y a mi vida me transformó, al igual que me transformó considerablemente el duelo por mi padre, ya que también lo amé con todo mi corazón mientras vivió y su partida me enseñó que existe el amor después de la vida, que el amor no tiene fin y que vida hay una sola... Debemos disfrutar la vida, celebrarla, tomarla con los brazos abiertos y el corazón dispuesto porque un día se nos va y está bueno saber cada día que no la estamos desperdiciando. Estas reflexiones y sentimientos me enfrentaron con mi realidad interior que tenía 27 años (ni la mitad de mi vida) y no estaba haciendo lo que me hacía feliz, de hecho no estaba haciendo NADA que me diera felicidad.
Entonces empecé de a poco, mientras me debatía internamente si comenzar una carrera universitaria a mi edad... Me anoté en un curso de fotografía... ¡Para qué! Estuvo buenísimo!!! El curso lo dio Gustavo, mis compañeras Tifi, Elisa, Nadia y Pato, cada una un hallazgo y una genia en lo suyo... Con ella aprendí no solo a fotografiar sino a compartir y a abrirme, la acción de mostrar mis fotos fue un ejercicio liberador que me enfrentó a la posibilidad de desprenderme de viejos traumas. Así nace la “fotógrafa” en mí, gracias a una gran amiga Julieta hago la impactante foto del contrabajo, que fue muy elogiada y me súper engancho con la fotografía. En medio del resurgimiento de la artista en mí, me anoto en el CBC para Psicología.

Termino la relación laboral con el vejestorio de Cludius y me libero de la causa de mi stress: un agresivo-pasivo que me había tomado de empleada y de chivo expiatorio de su locura.

En ese medio ambiente, continúo con el proyecto de las fotos, colaboran Diego, Marcelo y Nadia (además de la ya mencionada July) como modelos de las fotos que están todavía expuestas en la Biblioteca de Olivos (subsuelo para quienes quieran verlas). Si no se fijan en mi space del msn que también se pueden apreciar (y porfa me dan su opinión).

Abro paréntesis. También quiero mencionar que el 13/07 Argentina vio partir hacia las tierras del Tequila a Xoana, alias Jonathan Biglieri quien fue a reunirse con su amor: Judith. Diego y yo quedamos con el corazón partio porque antes de pensar en poder ser progenitores, ya vimos partir a nuestro retoño del corazón, nuestra querida Xoana, por la cual cierta vez casi peleamos por la tenencia y por quien los jerbos, Hércules e Irlanda casi riñen de celos ante Yoni. Cierro paréntesis.
Llegamos al momento en que me paso sin trabajar en relación de dependencia desde fines de Mayo... La “indemnización” (si se puede llamar así a la limosna que tiró el fósil Cludius) la estiré cuanto pude, generé unos pesos extras de forma independiente con “changas”, pero no hubo caso... A fines de Agosto tuve que pedir prestado... Ahí empecé a endeudarme, gracias a Dios no es mucho, pero como nunca en la vida me había visto en una situación económica comprometida fue algo difícil de gestionar.

Todos estos meses me mantuve activa, buscando trabajo minuciosamente, siempre cuidando no volver a caer en un lugar donde pudiesen explotarme o hacerme víctima del mobbing (maltrato psicológico en el ámbito laboral).
Encontré posibilidades de generar ingresos extras. Mi amiga Pamela (mamá de Morena, nena linda a full) me enseñó a diseñar páginas web (Pame: aunque digas que yo ya sabía, necesitaba aprender a hacer animaciones). En fin, le saqué el jugo a esto de tener tiempo para mí. Con el fin del curso de Fotografía (que recomiendo) apareció la posibilidad de empezar a hacer canto en la Biblioteca... Y empecé nomás! La profe, Flavia, una genia, es re-canchera y me hace brotar sonidos que jamás pensé que me daba la voz para hacer. Más que muy recomendable la profe tiene un estilo único y glamoroso.

Sin embargo luego de tanto tiempo fuera de la rutina del trabajo, un día me bajonié... Lloré como loca, sufrí como descosida y recordé que la mamá de Marcelo me había ofrecido su ayuda mucho tiempo atrás... Así que la llamé... Divina, vino corriendo ese mismo día... Me habló de Jesús e hizo despertar de un letargo profundo en el cual había caído mi fe. Bálsamo milagroso como el del nombre de Jesús, que hizo sanar mi corazón desde ese día y que me enfrentó a la realidad de que me estaba perdiendo la posibilidad de disfrutar mi fe al 100%.
En fin, el 30 de Agosto por recomendación de Angie (la mami de Marce) comencé el Taller de Sanación y Perdón en la Parroquia Santo Tomás Moro en Florida, el cual finalizó hoy y cuyos resultados seguiré disfrutando el resto de mi vida.

Con el renacimiento de Jesús en mi vida, apareció el Retiro con el Obispo (entrada del 11/09) donde aparecieron varias personitas muy especiales con quienes tuvimos la gracia de coincidir en ese finde donde el Obispo Monseñor Casareto quien nos transmitió con tanta fe la importancia de “Permanecer en Jesús”. En el retiro conocí a la Comunidad Taizé (
www.taize.com.fr), absolutamente sublime y todos sus integrantes son unos angeles.

¡Los amo con todo mi corazón!

Guada

21/09/2007

1 comentario:

  1. Imadia dijo...

    Ay, mujer, cuanta cosa en tu vida! Me alegro que me hayas dado la dirección de tu blog, o no me entero qué es de ti.

    Antes que todo, un muy feliz cumpleaños algo atrasado... un abrazo enorme por no haber estado lo suficientemente cerca cuando lo necesitaste (aunque hubieron muchísimos ángeles rondandote, así que no te quejes =P).

    Me alegro que tu vida haya renacido con tanta fuerza, creo que a mí me hace falta algo de esa energía renovadora... a mí más que llenarme, el amor me ha complicado la vida =P... necesito volver a vibrar en armonía, necesito hacer cosas que me hagan feliz.

    o.o Y me leí todo, no creí que fuera capaz de hacerlo xDD.

    Un abrazo enoooorme y apretado, se te quiere!

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